Con un tratamiento adecuado y un enfoque personalizado, es posible aliviar el dolor y recuperar el movimiento pleno.
El nervio vago es uno de los principales componentes del sistema nervioso autónomo, siendo fundamental en la regulación de diversas funciones vitales, como la frecuencia cardíaca, la digestión y la respiración. Su capacidad para activar la respuesta de relajación en el cuerpo lo convierte en un elemento clave en la gestión del estrés. Un adecuado funcionamiento del nervio vago permite reducir la actividad del sistema nervioso simpático (responsable de la respuesta de «lucha o huida») y promover la activación del sistema nervioso parasimpático, asociado con la relajación y la restauración.
La Psico-Neuro-Inmuno-Endocrinología (PNIE) estudia la interacción entre el sistema nervioso, el sistema inmune y el sistema endocrino. En este contexto, se ha demostrado que el estrés crónico afecta negativamente estas interacciones, aumentando la inflamación y alterando las respuestas hormonales y de los neurotransmisores. Activar el nervio vago a través de técnicas terapéuticas puede ser una herramienta útil para restaurar el equilibrio del cuerpo, reducir la inflamación y mejorar la respuesta inmunológica frente al estrés.
La auriculoterapia, una técnica derivada de la acupuntura, utiliza puntos específicos en la oreja para estimular el nervio vago y regular el estrés. Al aplicar presión o estimulación eléctrica en estos puntos, se favorece la modulación del sistema nervioso autónomo, ayudando a reducir los niveles de ansiedad y promoviendo un estado de calma. En la auriculoterapia, se busca activar el sistema parasimpático, lo que resulta beneficioso para tratar el estrés, la ansiedad, los trastornos del sueño y otros desequilibrios relacionados con el estrés.
La combinación de técnicas de estimulación del nervio vago, como la auriculoterapia, con un enfoque integral como el de la PNIE, puede ofrecer un tratamiento efectivo para manejar el estrés y sus efectos a nivel físico, emocional y hormonal.